Una dirección de IP no es suficiente para identificar a un pirata según la corte de apelaciones de los EEUU
En una victoria para defensores de la privacidad y piratas, un tribunal de los Estados Unidos dictaminó que una dirección IP por sí sola no es suficiente para perseguir a alguien por una supuesta infracción de derechos de autor.
Decidieron que ser el suscriptor registrado de una dirección IP infractora no crea una relación razonable del usuario que usa esa ip con el usuario infractor.
El caso comenzó en 2016 y desde entonces se viene desarrollando el tema legal. Los creadores de la película "The Cobbler" alegaron que Thomas Gonzáles había descargado ilegalmente su película y lo demandaron por ello.
Gonzales era un usuario del isp Comcast y había establecido su red con un punto de acceso Wi-Fi abierto. En algún momento, alguien había utilizado su red para descargar la película y los creadores de la película capturaron la dirección IP de Gonzales.
El juez declaró que para ser caso adecuado para una sentencia, los propietarios de los derechos de autor necesitarían algo más que una dirección IP. Esto a menudo es difícil de proporcionar, ya que es un reto demostrar quién estaba conectado a qué y cuándo. Este caso es aún más desafiante ya que la red de Gonzales estaba abierta y cualquiera podría haber descargado la película.
La nueva sentencia confirma una decisión anterior de un tribunal de otro distrito sobre el mismo caso. El Tribunal de Apelaciones emitió las siguientes declaraciones:
En esta acción de derechos de autor, consideramos si una simple afirmación de que un demandado es el suscriptor registrado de una dirección de Protocolo de Internet ('IP') asociada con una actividad infractora es suficiente para declarar un reclamo por infracción directa o contributiva. Concluimos que no lo es.
El reclamo de la infracción directa falla porque el estado de Gonzales como el suscriptor registrado de una dirección IP infractora, por sí solo, no crea una inferencia razonable de que él también sea el infractor. Debido a que múltiples dispositivos e individuos pueden conectarse a través de una dirección IP, la simple identificación del subscriptor de la IP resuelve solo una parte del rompecabezas. Un demandante debe alegar algo más para crear una inferencia razonable de que un suscriptor también es un infractor.
Además de la infracción directa, el propietario de los derechos de autor también intentó una reclamación por infracción indirecta. Alegaron que Gonzales había alentado a los usuarios de su red a descargar la película, pero esto también falló, ya que no pudieron proporcionar ninguna prueba.
Finalmente, el juez ordenó a Cobbler Nevada LLC, el propietario de los derechos de autor, a pagar más de 17,000 dólares en honorarios legales a Gonzales.